La necesidad urgente de casas de acogida

Desde la Asociación Extramuros queremos exponer la necesidad urgente que tenemos de contar con casas de acogida que nos permitan dar una solución rápida a las personas que deciden colgar los hábitos. Y es que estas personas carecen de recursos propios o de ayudas que les faciliten insertarse en la sociedad una vez que abandonan la orden a la que habían pertenecido. De ahí que requieran una red de apoyo que les acoja y acompañe en este proceso. 

 

La necesidad urgente de casas de acogida

Los religiosos que piden un permiso de ausencia, de exclaustración o el indulto de secularización se encuentran muy desamparados. A algunos, sus comunidades religiosas les dan algo de dinero cuando toman la decisión de abandonar la vida religiosa, pero nunca es suficiente para poder vivir. Sin embargo, esta deferencia no la tienen más que unas pocas personas. La mayoría no recibe ayuda económica por parte del convento, de la congregación o del obispado al que han pertenecido hasta ese momento. Lo que les deja en una situación muy vulnerable, en riesgo de exclusión.

 

Mucho más que dinero

Las personas que abandonan la vida religiosa no solo necesitan ayuda económica. También tienen que cubrir otras necesidades. La principal: encontrar un lugar adecuado para poder vivir, regido por personas que entiendan su situación y que les ofrezcan estabilidad en su nueva vida. Lo que, tal y como venimos denunciando desde la Asociación Extramuros, no resulta nada sencillo.

En este sentido, hay que destacar que muchas de estas personas cuentan con una familia que los acoge. Así, al salir del convento unos van a casa de algún familiar, otros a la de un amigo o conocido. Otros, sin embargo, no cuentan con este recurso, pues o bien carecen de familia o esta los rechaza por la decisión que han tomado, lo que les deja en una situación muy delicada.

En el caso de las personas que son acogidas por su familia o por sus conocidos hay que señalar que, desgraciadamente, no siempre es una experiencia positiva. Y es que las relaciones con los convivientes no siempre son todo lo buenas que desearíamos. Suelen aparecer problemas relacionados, principalmente, por la incomprensión que genera la situación del exclaustrado o del secularizado. Un hecho que hace que estas personas se sientan incomprendidas, pues no siquiera pueden establecer una conversación adecuada, ni generar un entendimiento entre las partes, lo que se acaba traduciendo en una sensación de soledad que no favorece la estabilidad emocional y mental de las personas exclaustradas y secularizadas.

Además, como saben que esta estancia es temporal, que los familiares o amigos les ceden una habitación de forma provisional, estas mismas personas suelen padecer cuadros de ansiedad, pues no les resulta fácil encontrar un trabajo que les ayude a acceder a una vivienda. 

 

Necesidad de contar con casas de acogida

Por todo ello, desde la Asociación Extramuros consideramos urgente la necesidad de contar con casas de acogida que nos permitan ayudar a estas personas. Y es que somos conscientes de lo importante que es, para cualquier ser humano, poder contar con un techo bajo el que cobijarse. Un hecho que va mucho más allá de lo material, pues supone la mejor manera de comenzar una nueva vida. Una nueva etapa en la que encontrarán el apoyo de nuestra entidad, que pone a su alcance: recursos económicos y materiales, un servicio de orientación laboral, una asesoría jurídica, un espacio de encuentro y sanación donde puedan verbalizar el proceso por el que están pasando así como poder poner en orden sus ideas, recibir apoyo espiritual, etc. 

Por eso, si eres sensible a esta realidad y quieres colaborar con nosotros, te estaremos eternamente agradecidos.

 

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