Gracias VALIENTES

Desde diversos lugares del mundo nos llegan todo tipo de felicitaciones. Nos emocionan y nos dan fuerza para seguir luchando.

«Gracias VALIENTES. Ánimo y fuerza. Abrazos».

«Habéis destapado una realidad que molesta. Todos sabemos que esto está pasando, pero nadie se ha atrevido a sacarlo a la luz. ¡Enhorabuena!».

«¡¡Me descubro ante este grupo!! ¡¡¡Enhorabuena!!!».

«Una Asociación necesaria y unos objetivos fraternales, ¡qué menos! Podéis cambiar de vida, pero seguís siendo hijos de Dios y discípulos de Cristo y como tal habéis de ser tratados por su Iglesia, madre y esposa. Que el Señor os guarde y bendiga vuestros afanes, trabajos y proyectos».

«Una realidad plasmada con una lucha, crecimiento y un baldazo de verdades: cómo tuvo que luchar ella con su depresión, el abandono, la soledad post muros. Jamás ha perdido la fe e incluso le dio un nuevo sentido a la misma, donde Dios mismo es víctima, y tantos que han dejado sus hábitos o los hábitos los dejaron a ellos (porque no han tenido la posibilidad de sobrevivir). Excelente el apoyo y la ayuda que hoy están dando en la Asociación y la vida desde estos libros que dan vida después de tanto, para ayuda y conocimiento de la sociedad. Mil gracias. Felicitaciones y siga la fuerza y la fe que está más fuerte incluso».

 «Soy un sacerdote colombiano párroco en Medellín de 26 años de sacerdocio y 40 años de vida religiosa. Apenas me entero que existen y aplaudo esta estupenda idea, pues el maltrato a los religiosos, consagrados, seminaristas, novicias, sacerdotes, es en todo nivel y en el mundo. Pensé que a nadie le importaba hasta que los encontré. ¡Que valentía su asociación! Necesitamos programas por las redes sociales donde orienten sobre estos temas, derechos de los consagrados: qué hacer en caso de…, a dónde acudir. Necesitamos lobby con los órganos eclesiásticos donde se tomen decisiones para que tomen cartas en el asunto, que Roma legisle sobre estos asuntos. Mucha gente consagrada que ha sido maltratada, echada a patadas, sin el debido proceso, está resentida y lo que hacen, y hasta con razón, es hacerle daño a la Iglesia. Necesitamos dicasterios, conferencias episcopales, cardenales, obispos, etc., que conozcan esto y legislen. Necesitamos lo que está de moda en la Iglesia un SÍNODO DE LOS EXTRAMUROS, para que esto cambie, para que este tema tabú salga a la luz. Necesitamos un muestreo por países para que seamos conscientes que el problema es más universal. Yo iría más allá, aunque esto represente años de trabajo y muchas más asociaciones que se creen a lo largo del mundo, y es mirar la inequidad en la Iglesia a nivel laboral, pues mientras unas parroquias y comunidades religiosas tienen dinero —así viven sus consagrados, con dinero de sobra—, otras parroquias y comunidades religiosas viven pobremente, así sus consagrados, con muchas carencias. ¿Dónde está la comunicación cristiana de bienes? ¿Dónde está el superávit que generan los ingresos en las comunidades y diócesis? La Iglesia institucional nunca socializa el dinero que ingresa. Hay universidades, colegios, hospitales, etc., que generan grandes riquezas, ¿dónde van a parar esos recursos? Por otra parte, cada diócesis tiene una oficina para atender la vida religiosa, ¿por qué no hacen nada por supervisar el interior de las mismas? En Roma, en Italia están la mayoría de las oficinas de las casas generalicias de las comunidades y desde allí se supone supervisan cada comunidad en el mundo, pero pasan por alto el maltrato al interior. Tendría muchas otras reflexiones, es solo para que sepan que lo que ustedes están haciendo es muy importante y que en el mundo somos muchos otros críticos del tema. Bendigo su iniciativa».

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Asociación Extramuros
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